domingo, 4 de diciembre de 2011

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Por distinta circunstancias de la vida, por   el propio transcurrir de ella hay ciclos qué se cierran, etapas que concluyen pero de ninguna manera significan el final de algo sino el comienzo de una
Nueva vivencia.
Hoy es el día que nuestra querida Nilda, profesora de corte y confección se acoge a los beneficios de la jubilación.
Deseamos,   que este   descanso conquistado se convierta en una etapa de paz, de mayor libertad, para dedicarte a la construcción de un nuevo proyecto personal, a profundizar aspectos que el trabajo cotidiano impidió realizar con la intensidad deseada.

Confío en que cuando nos visites y te preguntemos ¿Qué tal, Nilda cómo estás? Puedas responder con un “vivo jubilosamente”, pues no, en vano, ese es el sentido de la palabra jubilación: júbilo, alegría, regocijo, gozo.
En fin, debes estar contenta, entre otras razones, por ser
Consciente de poseer ese estado de plenitud que consiste en “la satisfacción del deber cumplido”.
Pienso también en que habrá momentos en que no podrás evitar bucear en el pasado, recordar episodios buenos y menos buenos, pues de todo habrá habido. Afortunadamente, aunque la memoria es caprichosa suele ser también selectiva y tiende a recordar los acontecimientos más gratificantes y a olvidar los desagradables. Por eso, en adelante, aunque no puedas dejar de sentir nostalgia por esta vida escolar y la recuerdes con cariño, no te aferres   al pasado, vive el presente, el presente es lo único que tenemos, vívelo con intensidad, disfruta con tu familia de esta larga etapa de ocio que se abre ante ti.
Querida maestra la vida en el taller ha terminado. Ya no sentiremos el calor de tu compañía.
Antes de darnos el abrazo de despedida, hacemos este ultimo voto, afectuoso y sinceró: que el Señor te colme de bendiciones, que el recuerdo de esta casa donde has pasado gran parte de tu vida, haga serenas tus horas de descanso estaremos siempre contigo, ¡Gracias ¡

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